Rodilla
La rodilla es la articulación que conecta el muslo con la pierna. Soporta el peso del cuerpo y permite mantener el equilibrio (por lo que debe proporcionarnos estabilidad) y, a la vez, caminar, correr, subir o bajar escaleras, sentarnos y orientar el pie sobre superficies irregulares (por lo que alcanza gran movilidad). Es fundamental para el desplazamiento.
Sus principales movimientos son flexión y extensión. Y también rotación, hacia el interior y hacia el exterior
¿Cómo funciona la rodilla? A grandes rasgos, funciona de modo parecido a una bisagra (más compleja porque tiene cierta rotación) que une dos huesos, el fémur (hueso del muslo) y la tibia (hueso de la pierna). Los extremos de los huesos están recubiertos de cartílago, que actúa como amortiguador y evita el rozamiento entre los mismos.
¿De qué está formada la rodilla?
La parte ósea la forman el fémur (hueso del muslo), la tibia (hueso de la espinilla) y la rótula (rótula). Los músculos impulsan el movimiento de la rodilla y la pierna. Y los tendones sujetan los músculos a los huesos.
• La rodilla está revestida de una membrana sinovial. La membrana sinovial produce un líquido que lubrica y nutre el interior de la articulación.
• El cartílago articular es la superficie lisa que se encuentra en el extremo del fémur y la tibia. Cuando esta superficie se daña, se produce la artritis.
Los ligamentos son tejidos blandos que proporcionan estabilidad a la rodilla, ayudan a controlar el movimiento uniendo los huesos de la rodilla.